1 de junio de 2015
―Le metieron cinco balas en el cuerpo, y está muerta. Mejor, ¿realmente preferirías que estuviera detenida?―dijo Jumper.

No, nadie prefería que lo detuviesen y le aplicasen la Antiterrorista. Desaparecer con cinco dolorosas y desgarradoras incisiones de plomo caliente era mucho mejor que acabar en aislamiento durante semanas, recibir palizas que acabarían silenciadas y languidecer durante meses para finalmente ahorcarse uno mismo-ahorrándole el trabajo a los verdugos-en un último y desesperado chispazo de dignidad. Radix se sentó en la escalera frente a la puerta y hundió la cabeza en las manos. Fuera la lluvia arreció.