29 de abril de 2015
         Caí sobre la silla y crucé las manos delante del cuerpo, sobre la mesa que nos separaba a ambos. Él empezó a leer los papeles y yo me fijé en la pared salpicada de títulos que había a su espalda para matar el tiempo. Al cabo de un rato sólo se escuchaba el crujido de papeles y nuestras respiraciones disimuladas. ¿Sabes ese silencio en el que intentas fingir que no haces ningún ruido? Sí, ese, ese en el que parece que tragar saliva demasiado fuerte podría provocar un desprendimiento, no los soporto. Son el culmen de los silencios incómodos. Así que me puse recto en la silla y me animé para darle la versión resumida del escrito que le estaba presentando. Hablar es uno de esos ruidos que no se me da mal del todo:

linfocitos

         “Lo he estado pensando bastante” empecé, al principio mi voz sonó atronadora en el silencio. Él levantó la cabeza de los papeles y asintió, como si realmente le interesase mi historia, supongo que por educación. “Primero bastante jodido, ¿no? Ya que no consideraba para nada normal eso de ponerme malo mes sí y mes también, cogiendo cada  puto resfriado que se cruza en mi camino” al ver que no me cortaba, seguí más animado.
21 de abril de 2015
Me gustan las novelas gráficas, o los comics (no quiero entrar en esa pelea) y llevaba un tiempo queriendo conseguir Logout. Su portada me enamoró y al hojearlo por primera vez supe que no había sido un encaprichamiento, iba a ser amor verdadero.

logout portada


Esto no es una crítica literaria (de nuevo, disclaimer) es una opinión y una breve reseña sobre el aspecto que más me llamó la atención de Logout.
9 de abril de 2015
         El Gemekala se alejaba de la zona de batalla a toda velocidad. Tras el fulgor de sus motores quedaban los destellos de las explosiones nucleares entre el campo de escombros. Todo lo que quedaba de la flota, las naves dañadas a la deriva cuyos reactores en estado crítico detonaban antes de morir para siempre. En la sala de mando de su destructor, el Comandante observó las pantallas holográficas.

         Pensó en las tripulaciones, poco más que partículas carbonizadas flotando libremente en el vacío entre pedazos de fuselaje y gas ionizado. El enemigo lo había vuelto a hacer, habían utilizado armas termonucleares para crear una nube de plasma y engullir su flota. El Comandante se inclinó sobre las lecturas de radar e hizo un fuerte gesto de negación. Sólo el Gemekala había sobrevivido al combate.

invasores fotografía


         Se irguió en la sala de mando y dio media vuelta para salir. A su alrededor la tripulación intentaba reparar los daños sufridos a contrarreloj, bajo un baile de chispas y cableado en llamas. Una vez más la flota no había podido detener a los alienígenas, y ahora el Gemekala se batía en retirada dejando las colonias de Espara y sus quinientos millones de habitantes a merced del enemigo.
6 de abril de 2015
Creo en el trabajo interdisciplinar, y aunque esa palabreja suena a mucho no es más que aunar esfuerzos, compensar carencias para complementarse y sacar a la luz algo que valga la pena. Yo no sé dibujar, Alba Ramos sí. Ella no estudia japonés, yo sí. Hace poco le propuse hacer una ilustración con texto sobre la mitología de nuestros aborígenes, y Tibicenas es el resultado:

tibicenas


¿Por qué el texto en japonés? Bueno, en primer lugar, ¿por qué no? y segundo, siempre he querido ser pionero en algo, ¡y creo que es la primera vez que se elabora una ilustración con texto en japonés sobre la cultura aborigen canaria!