Nací en Tenerife, Islas Canarias, y ya tengo veintitantos.
Sí, isleño, y terriblemente aficionado a las letras. Nunca perdí
esa manía de leer y leer hasta tener los ojos rojos y cansados, a la que se
suma desde la adolescencia-gracias a una imaginación un tanto hiperactiva-la de
escribir textos de calidad y temática variables. Todo apunta a que tardaré
menos en perder la vista que el amor por la literatura. Y es que mi trabajo
como informático no ayuda tampoco a conservarla.
Disfruto leyendo y escribiendo ciencia ficción (también algo de fantasía) para acompañar, más que evadirme, esta realidad a veces sobria y
aburrida, capaz de superar a la imaginación del más retorcido. Actualmente
estoy dando los últimos retoques a mi primer libro de relatos. Lo de las influencias siempre me ha sonado como un “de mayor quiero ser igual que”. En vez de recitar una larga lista de todo lo que me ha influenciado voy a limitarme a poner un par de autores con los que me siento identificado, porque han escrito lo que yo considero auténticas obras de arte y sí, de mayor quiero ser como ellos: Philip K. Dick antes de volverse loco y hablar con Dios, William Gibson, George Orwell (pero sin llevarme un tiro en el cuello), Ursula K. LeGuin y-last but not least-Sir Terry Pratchett, aunque nadie quiera creerse después de leer algo mío que me han influenciado en lo más mínimo.
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